La línea de la vida

La línea de la vida es una herramienta de exploración personal que permite visualizar, de forma cronológica, los acontecimientos más significativos de tu biografía. A través de ella podrás identificar etapas clave, dar contexto a tus experiencias y comenzar un proceso de reflexión profunda sobre tu historia personal.

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Explora tu historia y entiende tu presente

Este ejercicio te permite reconocer cómo tu historia personal impacta en tu presente y puede abrir la puerta a un proceso de cambio significativo.

Enriquece este ejercicio con el acompañamiento de un terapeuta.

¿Qué es la línea de vida?

La línea de vida es un esquema cronológico donde se recogen los momentos más significativos de la propia biografía. A través de ella es posible identificar eventos relevantes como el nacimiento, etapas escolares, cambios familiares, pérdidas, logros personales o experiencias traumáticas y positivas. Es una herramienta sencilla, pero profundamente reveladora.

Cómo construir tu línea de vida

No existen reglas estrictas para realizar este ejercicio: cada persona decide qué eventos han sido significativos en su biografía. Puedes incluir acontecimientos como nacimientos, etapas escolares, cambios de trabajo, relaciones importantes, pérdidas, logros personales o cualquier experiencia que haya dejado una marca emocional o simbólica.

Para realizarla, dibuja una línea horizontal sobre una hoja grande o cartulina y sitúa en ella, de forma cronológica, los momentos que consideras clave desde tu nacimiento hasta hoy. Añade fechas, palabras, símbolos o incluso fotografías.

Posteriormente, revisa cada etapa y complementa la línea con emociones, decisiones, recuerdos o reflexiones que den sentido a tu recorrido vital. Este trabajo puede ser aún más enriquecedor si se realiza con el acompañamiento de un terapeuta.

Como ejemplo visual, puedes consultar la línea de vida de Theodore Roosevelt (expresidente de Estados Unidos)

Hazla tuya: no hay una única forma válida

Este ejercicio admite múltiples formatos. Algunas personas optan por destacar solo eventos clave; otras prefieren registrar cada año, aunque en algunos no haya hechos destacables. También es posible que surjan vacíos o incongruencias en la cronología: lejos de ser errores, pueden señalar experiencias significativas que merecen atención.